Muchas de las mujeres nos sentimos inseguras por los kilos de más, especialmente cuando es el momento de mostrar nuestros cuerpos en vestidos de verano y trajes de baño, por lo que siempre estamos luchando con los rollos de grasa y las piernas gordas. Al fin y al cabo, ¡los hombres se fijan en chicas delgadas!
Pues bien, es el momento perfecto para dejar los temores y las inseguridades aparte, tal y como hizo una de las mujeres que nos envían sus historias a nuestra oficina. Nos encantó la historia que ella nos envió. Además, es muy motivadora – ¡leedla hasta el final y empezad a ser felices! ¡Os merecéis estar delgadas y guapas!
Siempre me había imaginado cómo quería que fuese mi vida. Quería tener un cuerpo delgado y bonito y casarme con un hombre cariñoso y que estuviese locamente enamorado de mí pero, por supuesto, al principio no fue así. Por aquel entonces, pesaba unos 63 kg y medía 157 cm. Conocí un montón de chicos que no querían casarse conmigo y mucho menos salir con alguien como yo porque no me parecía a una modelo.
Un día, conocí a un hombre muy amable y cariñoso. Se llamaba Pablo. Nuestra relación era muy bonita y romántica. ¡Parecía ser mi hombre ideal! Eso es lo que pensaba antes de que me pasase algo horrible. El caso es que me invitó a la casa de sus padres para conocerlos.
Me tomó un tiempo prepararme para ese encuentro – estaba muy nerviosa. A su padre, Roberto, parecía gustarle. Me preguntó sobre mi vida, mi trabajo, mi familia, etc, pero su madre, Elena, no era tan dulce. Me observó con disgusto y no dijo nada.
Entonces, fui al baño. Cuando volví, escuché cómo Elena estaba tratando de convencer a Pablo de que era una mujer gorda y fea que no le corresponde. Volví a la mesa casi llorando, pero Pablo no mostró ni una pizca de lástima por mí. Eché a correr de esa odiosa casa y olvidé a Pablo para siempre.
Estaba harta de mi sobrepeso y tenía tantas ganas de deshacerme de él lo antes posible. Me puse a buscar un quemagrasas que fuese realmente eficaz.
Nunca me ha gustado ir al gimnasio porque trabajo como gerente y siempre tengo que ir de un lado para otro. Tampoco controlaba lo que comía, por lo que necesitaba un producto natural y seguro.
Finalmente, encontré un producto seguro, simple y muy conocido – Black Latte . Me gusta el café y no quiero hacer deporte, así que reemplacé todas las bebidas gaseosas que tanto me gustan por Black Latte . ¡En una semana perdí 3 kg!
2 semanas después – ¡7 kg! Por supuesto, no dejé de comer mi comida favorita. ¡Empecé a sentirme y verme mucho mejor! He conocido a un chico llamado Javier. ¡Él sí que es mi hombre ideal! Me quiere mucho, al igual que su familia y amigos. Ahora por fin soy una mujer feliz, delgada y querida.
Javier me propuso matrimonio hace 4 meses. ¡Qué locura! ¡Nos casamos hace 3 días! ¡Nunca había pensado que podría vivir así, con un hombre ideal, dulce, fuerte y delicado que me quiere y al que le gusta mi delgado cuerpo!
¡ Black Latte hizo realidad mi sueño!
Carlota no fue la única mujer que mencionó Black Latte en las cartas que llegan a nuestra oficina. Hay toneladas de ellas en nuestro buzón, ¡así que hemos decidido compartir algunas de ellas con todas vosotras!
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